La institución, situada en la Manzana 46 del Barrio Don Orione, fue violentada a mediados de enero y a principios de este mes. Destrozaron las instalaciones internas, las rejas y ventanas, y se llevaron el equipo de audio, además de juegos didácticos y libros. Directivos y docentes piden la colaboración de los vecinos.
La comunidad del Jardín de Infantes 930 del Barrio Don Orione aún no se recuperaba del robo y los destrozos que sufrió durante el verano cuando esta semana la maldad de un grupo de ladrones los sorprendió por segunda mes en menos de dos meses. Ahora, con la ayuda de los padres y madres, las docentes de la institución trabajan para seguir adelante con el objetivo puesto en que los nenes asistan a clases.
“En la primera semana de enero, mientras estaba el programa de Escuelas Abiertas, ingresaron y destruyeron todo lo que son las salas, materiales y mobiliario. Las familias vinieron e hicieron un acondicionamiento y ahora volvieron a entrar hace dos días, durante el feriado del 2 de abril”, relató en declaraciones a www.deBrown.com.ar la directora de la institución situada en la Manzana 46, Mariel Aguilera.
En esta oportunidad, atacaron la infraestructura en general y rompieron ventanas, rejas, vidrios e hicieron pintadas en las paredes internas del edificio. Además, robaron todos los elementos de tecnología que se utilizan para las fiestas escolares, como son el equipo de música, el reproductor de DVD y los micrófonos.
“Ante los reiterados robos sentimos muchísima impotencia y tristeza porque las cosas que se llevaron se consiguieron a fuerza de sacrificio de los padres y toda la comunidad educativa. Ya se acercan las fiestas patrias y sin parlantes, micrófonos y equipo de música se hace mucho más difícil todo”, expresó la mamá de una nena de preescolar, María Luján Chaparro.
En medio de la indignación, pero con ganas de que todo vuelva a su lugar, mientras las maestras y los nenes están en las aulas, los directivos y los papás comenzaron a buscar la forma de que la situación se normalice y puedan recuperar algo de lo perdido. Entre otras cosas, sin ningún reparo, los atacantes destrozaron incluso los materiales didácticos.
“Ahora estamos solicitando donaciones, tocando puertas para ver quién nos puede brindar ayuda, y mientras tanto la escuela sigue funcionando como está funcionando”, agregó Aguilera y puntualizó en que necesitan “pintura, refacciones en las ventanas, cortinas y renovar los juegos porque los rompieron”.
“Nos duele que se llevaran los libros, y los que no se llevaron los rompieron. Es un desastre porque nuestros chicos sufren las pérdidas”, lamentó María Luján.
Por parte de las autoridades educativas locales, desde el Concejo Escolar enviaron a un grupo de trabajadores que comenzó a reparar los caños de gas y “están avaluando la posibilidad de cambiar os vidrios”.
En cuanto a seguridad, el edificio cuenta con un sistema de alarmas provisto también por la dependencia provincial, pero que “es algo muy básico que solamente, de alguna forma, espanta al que puede ingresar”. “Estamos a la espera de ver qué podemos ir reponiendo, en qué podemos ir avanzando, siempre con la ayuda de la comunidad. El Consejo escolar va haciendo lo suyo de manera muy lenta pero sí, nos están ayudando”, señaló la directora.
Frente a este escenario, un grupo de madres empezó a realizar una serie de actividades para recaudar fondos y colaborar en lo inmediato con el jardín. Por lo pronto, realizan una rifa que se sorteará el sábado 26 de abril por la Lotería Nacional. Quienes quieran colaborar pueden acercarse a la institución para comprar su bono.
