Así lo aseguró Javier Silva Giménez, entrenador de Claypole, luego de que su equipo confirmara su lugar en la Primera D. El técnico analizó lo hecho por sus dirigidos a lo largo del Torneo y se mostró satisfecho con lo entregado dentro del campo.
El triunfo de Sportivo Barracas ante Centro Español le permitió a Claypole estirar la diferencia sobre el “Gallego” a siete puntos y, con tan sólo dos encuentros para que termine el certamen, sepultar cualquier posibilidad de perder la categoría.
“Es un alivio muy grande asegurar la permanencia. Nos sacamos una pesada mochila de encima y espero que este, sea el puntapié para que podamos despegar definitivamente”, expresó el técnico Javier Silva Giménez en dialogo con www.deBrown.com.ar.
Es que llegó a principios de la temporada como ayudante de campo y acompañó el andar del equipo a lo largo de todo el año. En un principio secundando a Diego Piñeiro, luego en dupla con Juan Zicarelli y en las últimas fechas, acompañado por Fernando Balbuena.
“Estamos en un club grande y si bien al principio el objetivo era otro, en la segunda ronda nuestra realidad cambió y nos propusimos dejar todo para mantenernos en la divisional. Cumplimos el objetivo y eso nos pone felices por los jugadores y por todo el grupo de trabajo”, admitió.
Si bien el “Tambero” empezó el año con aspiraciones altas, los problemas institucionales resintieron sensiblemente el andamiaje de la formación. Con presupuestos menguados y un plantel corto, fue perdiendo lugares hasta quedar hundido en el fondo de la tabla, a sólo cuatro unidades del último.
“Hemos batallado con las pocas armas que tenemos. Subimos varios chicos de inferiores y siempre hemos estado a la altura de las circunstancias. Pocos rivales nos ganaron claramente. Todos queremos pelear títulos, pero por cómo se dieron las cosas, estoy satisfecho con el campeonato que realizamos”, afirmó.
En este punto, indicó que se siente “agradecido” por el empeño y las ganas de todo el plantel por salir del mal momento. “Es un grupo con calidad técnica y humana. Nunca bajaron los brazos y supieron reponerse a todas las adversidades que les tocó afrontar. Para mí es un orgullo dirigir a estos muchachos”, señaló el entrenador.
Y agregó: “Tienen hambre de gloria y yo sé que dejaron el corazón. Pelear por no descender también es un objetivo y lo alcanzamos. Ahora hay que mirar para adelante, nos quedan los duelos ante Yupanqui y Alem, donde trataremos de obtener resultados positivos”.
Con sólo seis puntos en juego para que se termine el Torneo, Silva Giménez cerrará su primer año al mando. “Fue una experiencia muy positiva. Hicimos un buen trabajo en inferiores y la gente me demuestra su reconocimiento. Pusimos nuestro granito de arena en un momento muy complicado”, concluyó.
