En Gloucester, jugaron un flojo primer tiempo, pero en el complemento marcaron seis tries y lograron una cómoda victoria por 54-9. Tienen buenas chances de clasificarse a los cuartos de final. González Amorosino ingresó cerca del final.
En 40 minutos, el seleccionado argentino de rugby demostró toda su autoridad ante una Georgia que le hizo fuerza sólo en la etapa inicial. Cumplió con la lógica y se quedó con el triunfo por 54-9. Sumó punto bonus y allanó su camino a los cuartos de final de la Copa del Mundo.
Los Pumas jugaron un flojo primer tiempo. Empezaron ganando gracias a un try de Lavanini, pero con un exceso de penales, les cedieron terreno a los europeos que sumaron siempre con los pies. Se fueron al descanso 14-9 arriba, pero sin convencer.
Todo cambió en la parte complementaria cuando, con otra cara totalmente diferente, consiguieron seis tryes consecutivos. La clave para que eso suceda, se produjo a los cinco minutos, cuando el capitán de Georgia Mamuka Gorgodze, vio la amarilla.
Fue allí entonces cuando los Pumas acusaron recibo de esa ventaja y en esos 10 minutos que estuvo afuera de la cancha el as de espadas del rival, marcaron tres tries por medio de Cubelli, Imhoff y Cordero.
Posteriormente, fue todo celeste y blanco, porque llegaron nuevas conquistas de Cordero e Imhoff más otra de Landajo, para sellar el marcador en una diferencia arrolladora.
El browniano Lucas González Amorosino entró para jugar los últimos minutos y aportó toda su jerarquía. Si bien no convirtió, participó en varias jugadas de peligro, aportando una frescura que era necesaria para los conducidos por Hourcade.
La única mala noticia de la jornada fue la lesión de Juan Martín Hernández, figura y pieza clave del combinado de nuestro país. No es de gravedad, pero está en duda su presencia para el tercer compromiso de la fase grupal ante Tonga. Por ahora, Argentina se ubica segunda en el grupo detrás de la imbatible figura de los All Blacks.