Había quedado destruido en febrero, al ser quemado intencionalmente. El intendente Daniel Bolettieri le otorgó un subsidio a su dueño para que pudiera reabrirlo. Y los amigos no dudaron en dar una mano para hacer las reparaciones.
Dos meses y medio después de que quedara destruido por las llamas, el quiosco de diarios y revistas “Chino Locuras” de Adrogué volvió a abrir, gracias al trabajo de amigos de su dueño, Leonardo Fabián Acevedo, y a la ayuda del intendente Daniel Bolettieri.
Sin saber cómo ni por qué, en la madrugada del 11 de febrero el puesto ubicado en Somellera y Canale, del lado oeste, fue prendido fuego. Todo lo que había dentro se perdió, diarios, revistas, colecciones especiales, y las instalaciones quedaron totalmente destruidas.
Desbastado, Leonardo emprendió un trabajo de hormigas: la reconstrucción de su fuente de trabajo. “Mis amigos colaboraron, como Marcos, ex combatiente de Malvinas, que él me ayudó muchísimo con todo, sino la verdad que no tenía fuerzas para seguir ya”, explicó a www.deBrown.com.ar
Mientras realizaba las tareas, a los pocos días de ocurrido el hecho, un alivio llegó por parte del Intendente. De imprevisto, apareció en el lugar para ayudarlo. Gracias a su intervención recibió un subsidio que le permitió arreglar el quiosco quemado y poner al lado un pequeño quiosquito de golosinas, bebidas, y otros artículos. Para ello, también se realizaron los trámites correspondientes para contar con el permiso. Así, unos meses después, ya ambos se encuentran funcionando.
Emocionada, Gabriela Juárez, esposa de Leonardo, subrayó que el jefe comunal “fue muy solidario”. “Se acercó hasta acá a la parada de diarios, se solidarizó con él, lo abrazó, lo besó, le dijo que cualquier cosa que necesitara se acerque, y al mismo tiempo le pidió todos los papeles para que él pueda pedir el subsidio, se lo sacó enseguida, y gracias a eso hoy se puede inaugurar el quiosquito. Gracias también a los amigos que nos ayudaron a reconstruirlo”, relató, e informó que, para celebrarlo, realizaron un asado con quienes ayudaron en las reparaciones.
Uno de ellos fue Marcos Jiménez, ex combatiente de Malvinas, de oficio herrero, y trabajador de la carpintería de aluminio y de la vidriería. Amigo de Leonardo de hace muchos años que no dudó en tenderle una mano frente a la pérdida del único ingreso de dinero de la familia.
“Me pareció una injusticia ver el puesto de diarios incendiado, que es el trabajo de él y de un montón de gente que trabaja detrás. Entonces le dije ‘Yo te doy una mano, te ayudo en lo que pueda’, y acá estamos, con el kiosko de vuelta, a full, pintándolo todo nuevo, lo que no se pudo recuperar lo cambiamos”, contó.
Otro de esos amigos fieles fue Cacho Navarro, vecino de hace muchos años: “Antes acá estaba ATE entonces todos estaban ‘Chau Chino, chau Chino’, y se pusieron mal cuando le quemaron el quiosco. Ha quedado una deuda muy grande de todas las revistas que se han quemado, pero todo el mundo le dio una mano. Para nosotros lo hicieron de maldad, nos dimos cuenta cuando en el Facebook pusieron que este era un barrio de clase alta para que tenga este quiosco, y después apareció quemado”, señaló a este medio.
Si bien hoy es todo felicidad ya que Leonardo y Gabriela recuperaron su trabajo gracias a la solidaridad, persiste la bronca ya que el autor del hecho nunca fue atrapado. El único sospechoso fue el portero de un edificio de la cuadra, pero como no había pruebas no se pudo comprobar nada, aunque la desconfianza creció cuando a los días el hombre se fue de su puesto de trabajo. Hasta el momento no hay detenidos por el siniestro.