Desde hace 5 años, los domingos en Claypole tienen un toque diferente. Hay “batallas” de un fenómeno que ha venido creciendo exponencialmente. “Halabalusa” es un movimiento under rapero, que incluye grandes competencias locales, por distintas regiones y hasta encuentros “premier” de estilo libre, en el que el ingenio y el decir rítmico se llevan los premios, así como el reconocimiento en el barrio.
Este mes no habrá movida, pero en febrero volverá este fenómeno a Claypole. Cuando arrancó, no eran más de una docena de jóvenes que se encontraban para rapear al costado de las vías, en la estación ferroviaria de la localidad. En la actualidad, cualquier encuentro dominguero de hip hop -se realizan quincenalmente- supera hasta los 300 concurrentes.
Las movidas comenzaron a crecer con la visita de exponentes y competidores de otras latitudes del conurbano. Del Oeste, desde Ramos Mejía y desde el Norte, de Tigre y San Fernando, por ejemplo. O desde más lejos, como Zárate y Campana.
El “Halabalusa”, como movimiento, se reprodujo pronto con competencias o “batallas” que fueron ganando espacio en Adrogué, San Francisco Solano, Monte Grante, Temperley, Lomas de Zamora y Florencio Varela, conformando un verdadero circuito, cuyo crecimiento no deja de sorprender, incluso a dos de sus pioneros, Maz y Biche, ambos de Rafael Calzada.
Actualmente, las contiendas raperas son filmadas y luego subidas a YouTube. Un instrumento útil para que los concursantes estudien técnicas, estilos y formas para mejores desempeños futuros. Cualquiera puede anotarse para competir, sin importar sexo, edad ni lugar de procedencia. No se paga entrada, además. El freestyle va ganando su espacio, en el que cada uno refleja, con más o menos crudeza, sus vivencias y sus deseos de cambios en todos los ordenes.