Cayó como local por 74-67 ante Quilmes, en el encuentro de ida por las semifinales de los Play-Offs que determinarán al campeón de la región Sur. Ahora, deberá ganar el partido de vuelta para forzar un desempate.
El “Rojo” terminó con su increíble racha de 14 victorias consecutivas en el momento menos oportuno. No pudo ante el “Cervecero” como local, por lo que estará obligado a ganar la vuelta fuera de casa, para llegar a un tercer match definitorio.
Una serie de distracciones, el cansancio y la lesión de una pieza importante, fueron algunas de las causas de por qué el equipo no pudo dejar los puntos en Burzaco.
Los dirigidos por Omar Bruch sintieron el trajín de juegos en la parte final y empezaron a perder terreno ante un rival que lo enfrentó de igual a igual, pero que tampoco hizo méritos para llevarse la victoria.
El agotamiento derivó en apuro por definir la historia y fue contraproducente, ya que comenzaron a aparecer fallas defensivas que le facilitaron las acciones a la vista. Además, la salida de Federico Isasa lastimado, dejo al combinado browniano sin uno de sus jugadores más importantes.
Luego de un primer tiempo, que terminó igualado en 38, los rojos sacaron una ventaja de diez en el segundo, pero se quedaron y no supieron definir. Un error terminaría siendo garrafal por la inesperada recuperación de su adversario.
Quilmes recién logró la paridad y posterior la diferencia en el último cuarto, sacando 7 tantos de ventaja. Así, Independiente cayó por 74-64 y tiene mucho en contra de cara la vuelta que se disputará la próxima semana. Luchó mucho por llegar hasta donde lo hizo y lo que es seguro, dejará todo el resto que le queda por alcanzar una nueva final.