El púgil browniano se impuso con autoridad en su presentación como profesional. El pupilo de Alberto Zacarías no dejó lugar para las dudas y se dominó ampliamente en las tarjetas de los jurados.
En una velada organizada en la Escuela Santos Zacarías de Rafael Calzada, Jonathan Bedú ganó en fallo unánime a Claudio Filippini, en un combate pactado en la categoría de los Superligeros (63,500). El peleador local fue muy superior a su rival y marcó diferencias en todos los asaltos.
“Llegué muy bien entrenado y gracias a dios pude demostrarlo dentro del cuadrilátero. Me sentí fuerte y con mucha confianza, pero pese a que dominé a mi adversario por completo, no pude definirlo antes del límite”, expresó en dialogo con www.deBrown.com.ar.
El oriundo de Rafael Calzada llegó a esta contienda tras haber debutado con un categórico nocaut. Lo hizo a los 37 segundos del primer asalto frente a Sebastián Zalazar. En esta ocasión, rápidamente impuso el poder de sus puños para hacerse dueño del ring.
Transcurridos pocos segundos del primer campanazo, el browniano conectó un gancho de izquierda a la zona baja y un directo de derecha sobre la humanidad de Filippini, que lo hizo retroceder contra las cuerdas.
Pese a tenerlo en zona de quiebre, Bedú no encontró la mano justa para hacerlo besar la lona y decidió bajar la intensidad para no ahogarse y conservar energías, aunque siguió marcando una abrumadora superioridad.
Pese al castigo recibido, el representante de Morón mostró mucha valentía para asimilar el castigo y terminar la contienda de pie. En el final del cuarto asalto, nuevamente hubo un riesgo de nocaut, pero con el desgaste, Jonathan tomó recaudos para no sufrir un contragolpe que le arrebate la victoria.
Los jueces no dejaron lugar para sorpresas y fallaron a favor del hombre que colocó los golpes más claros y certeros. “Fue una experiencia muy emocionante. Pude imponer mi boxeo delante de todos mis afectos y eso me genera una alegría enorme”, aseguró.
Con respecto a su futuro, sostuvo que está “muy entusiasmado” y que estas actuaciones lo alientan a redoblar los esfuerzos. “Cerré un año donde pude dejar atrás todas las rachas negativas. Se me abrieron las puertas del profesionalismo y me siento inmensamente feliz”, concluyó.