Se trata de la institución de Parque Roma que ya sufrió varios asaltos en lo que va de 2016. Solicitan que se instalen cámaras de seguridad para monitorear la zona, donde funcionan otros establecimientos educativos. Requieren que, antes del inicio de clases, arreglen las puertas fuertemente violentadas durante el último robo.
Cansados de los constantes ataques, la comunidad educativa de la secundaria N°7 de Glew volvió a pedir mejoras en la seguridad del barrio. Después de haber padecido tres robos durante enero, aguardan la respuesta de las autoridades. Precisan además que les brinden los materiales para reparar las aberturas destrozadas en el último asalto.
“Nos prometieron muchas cosas y todavía no llegó nada. Seguimos con las puertas rotas, porque desde la semana pasada estoy llamando a Infraestructura de Consejo Escolar para que alguien por favor se acerque a reponerlas pero, no tuvimos novedades”, señaló a www.deBrown.com.ar la directora del establecimiento situado en San Martín 663, Lucía Riveros.
En lo que va de 2016, la primera irrupción violenta se registró el segundo fin de semana del año, la segunda ocurrió el 14 de enero y la última menos de una semana después. En esas tres ocasiones, además de los elementos del cuarto de Educación Física y de lo que quedaba en la sala de profesores, los ladrones se llevaron latas de pintura que había comprado la asociación cooperadora y herramientas de los obreros enviados por el Municipio para la refacción del lugar.
Por su parte, el intendente Mariano Cascallares expresó su indignación ante lo sucedido y solicitó que se aumente en la zona la presencia policial “para evitar que este tipo de hechos delictivos continúen reiterándose en el tiempo”.
Frente a este escenario, la docente remarcó que sería indispensable contar con cámaras de video que registren lo que sucede en esas manzanas, donde a su vez están emplazados un Centro Educativo Complementario (CEC), la primaria 24 y el Jardín de Infantes N°909.
No obstante, si bien tuvieron reuniones con los funcionarios y con el comisario local, la situación sigue siendo igual. “Todavía estamos esperando, hay gente que se comprometió a poner monitoreo permanente pero no vino nadie. Inclusive, las puertas siguen sin reparar”, resaltó.
Por esta misma razón, en diciembre habían iniciado una campaña para levantar un paredón en los alrededores de la institución con el fin de evitar el ingreso de los agresores. Pero esa posibilidad fue descartada porque “son 200 metros lineales, es mucha plata y no hay presupuesto para eso”.
Con este panorama desalentador, aguardan alcanzar alguna solución antes del comienzo del ciclo lectivo. Al menos, en una primera instancia, precisan con urgencia poder cerrar los accesos al edificio.
