Lo reveló el último informe de la UCA, correspondiente a 2016. Señala que alrededor de 7,6 millones de chicos sufren carencias estructurales y no pueden cubrir sus necesidades básicas. Se trata de casi el 60 por ciento de esa población.
La Universidad Católica Argentina (UCA) difundió las últimas mediciones sobre pobreza estructural correspondientes al período 2016. Son resultados preliminares, ya que el relevamiento será publicado de manera oficial este miércoles 12 de julio.
Según el adelanto, en Argentina cerca de 7,6 millones de niños, niñas y adolescentes -casi el 60 por ciento del total- que residen en zonas urbanas se ven afectados por el flagelo de la pobreza.
"Esto significa que casi seis de cada 10 niños experimentaban privaciones en al menos una de las seis dimensiones bajo estudio", sostiene el informe de la casa de altos estudios.
Con el objetivo de determinar el grado de afección de cada nene ante la problemática, el relevamiento, que lleva el nombre de Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, tomó en cuenta las condiciones de vivienda, la alimentación, atención en salud y acceso a la educación, entre otras variables.
De esos indicadores, las cifras más alarmantes fueron aquellas que miden el acceso a la vivienda y a la salud, donde las privaciones llegan al 25,2 y 22,7 por ciento, respectivamente.
De manera subsiguiente se ubicaron las carencias sobre el “Acceso a la información” (18,8%) y en materia de “Saneamiento” (17,8%); “Educación” (15,4%) y “Alimentación adecuada” (8,7%). No obstante, la tasa de jóvenes con privaciones extremas bajó entre 2015 y 2016 del 15,9 al 14,8 por ciento.
Pese a que los datos son similares a los de 2015, son menores a los de 2010 cuando el porcentaje alcanzó los 63,7 puntos. En tanto, la cifra difiere de la difundida este año por el INDEC que calculó – sólo mediante el nivel de ingresos- que para el segundo semestre de 2016 el 45, 8 por ciento de chicos fueron alcanzados por el flagelo.
“El análisis se vale de tres propuestas desarrolladas por la Universidad de Bristol, el Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) y la contribución de UNICEF conocida como Multiple Overlapping Deprivation Analysis (MODA)”, detallaron desde la UCA.
De esta manera, la institución incorporó nuevos métodos para medir los niveles de vulnerabilidad y puso en jaque la política social del Gobierno y las ponderaciones del Indec.