El duelo de semifinales por la categoría 5ta de menores de fútbol de la Liga Asociación Deportiva Country Canning (ADCC) entre Don Joaquín y Saint Thomas terminó en un escándalo con denuncias de manipulación de horarios, un choque brutal que dejó a un arquero con fractura facial y un fallo incomprensible que deja expuesta a la organización.
Lo que se palpitaba como un emotivo duelo de semifinales por la categoría 5ta. de menores del fútbol de la Liga Asociación Deportiva Country Canning (ADCC) entre Don Joaquín y Saint Thomas Este/Oeste terminó en un escándalo. Denuncias de manipulación en el horario de inicio del encuentro, un choque brutal que dejó a un arquero con fractura facial y una decisión incomprensible en favor de Don Joaquín, que avanzó por escritorio a la final, dejaron expuesta y bajo la lupa a la organización.
El enfrentamiento, previsto para comenzar a las 19 horas en Don Joaquín, curiosamente arrancó recién a las 20:15, una vez que el plantel local - compuesto por chicos que entrenan en inferiores de Lanús, Banfield, Camioneros y Boca Juniors— llegó de sus respectivos entrenamientos.
A pesar de que el hecho de contar con jugadores que participan en clubes de esa envergadura contraria el espíritu de la Liga, que en la teoría busca promover el deporte a nivel amateur, lo grave radica en el horario en el que la terna arbitral arribó; si bien la programación que figura en el sitio oficial de la ADCC establecía que el partido debía comenzar a las 19, los jueces arribaron 45 minutos más tarde.
Esta maniobra no solo vulneró el reglamento, sino que evidenció una clara intención de beneficiar al equipo local al dilatar más de una hora el inicio del encuentro a la espera de que lleguen los jugadores de Don Joaquín.
Con el marcador aún 0‑0, a los 28 minutos del primer tiempo, ocurrió un fuerte choque dentro del área chica defendida por Saint Thomas entre el arquero visitante, Valentín Acuña, y el delantero número 9 de Don Joaquín. Ambos resultaron gravemente lesionados; Acuña sufrió una fractura facial debajo del ojo izquierdo, siendo llevado de urgencia a un centro de salud.
Cabe mencionar que la ADCC, a pesar del pago mensual que realizan los padres de los menores, no tiene servicio de ambulancia en el lugar donde se desarrolla la actividad deportiva y solo cuenta con asistencia médica en una clínica de Canning. En efecto, el joven que sufrió esta grave lesión debió ser trasladado por sus propios padres, dado que, al ser la fractura en la cara, podía caminar.
En el caso del fútbol de las categorías de los Mayores, si bien hay un servicio de traslado para los jugadores si sufren una lesión u otro tipo de problema durante los encuentros, no hay ambulancias en los partidos. Según revelaron a este medio directivos del Saint Thomas, el año pasado un jugador visitante sufrió una fractura y quedó tirado una hora en el suelo a la espera del servicio.
Asimismo, también el año pasado en un partido de fútbol de la categoría Master, un hombre mayor de 45 años sufrió un infarto y falleció en la cancha. La falta de una ambulancia y de asistencia médica en el momento son factores imposibles de no poner sobre la mesa ante un acontecimiento de tal gravedad.
Según consta en una presentación realizada por Saint Thomas ante el tribunal de disciplina de la ADCC, el director técnico del local pretendía continuar con el partido a pesar de que el arquero del visitante había vomitado producto del choque y se encontraba mareado y fracturado.
“Mientras el Dt. de Saint Thomas, los padres de ambos equipos y los árbitros se preocupaban por la salud de ambos chicos lastimados, el Dt. de Don Joaquín y su delegado insistían en que el partido debía continuar, manifestaban que en caso que no se siguiera ellos ganaban los puntos, pretendían que Saint Thomas saque a su arquero y siga el juego, es decir, que todos los asistentes finjamos demencia, que nos olvidemos que había dos chicos gravemente lastimados, que uno de ellos tenía una grave contusión cerebral y posible fisura en el rostro y era trasladado el hospital en ese momento y todo siga siga, verdaderamente una actitud cuanto menos antideportiva, contraria a los valores que esta liga pregona, mezquina e inhumana”, figura en el escrito.
Finalmente, ante la gravedad del hecho ocurrido durante la semifinal de la 5ta., el árbitro y los delegados decidieron acertadamente suspender el encuentro, priorizando la salud de los juveniles.
A pesar de que restaban 52 minutos por jugar, la ADCC anunció que Don Joaquín sería declarado ganador, sin ninguna justificación válida en primera instancia. Incluso ignorando su propio reglamento y su propia jurisprudencia en casos similares, que establece que los partidos se decidan “en la cancha”, la decisión atenta contra los principios del juego limpio y destruye la legitimidad deportiva del torneo de menores.
Tras la insistencia de los directivos de Saint Thomas, desde la ADCC brindaron una insólita justificación vía Whatsapp: que Don Joaquín había hecho una presentación (de la cual muy llamativamente no se muestran las pruebas) solicitando que se le dé el partido ganado por la supuesta mala inclusión de un jugador de la delegación visitante.
Lo curioso del hecho es que en primera instancia desde la liga informaron que como el partido se había suspendido por la fractura de un jugador (el arquero), Saint Thomas perdía los puntos y pasaba Don Joaquín a la final directamente. Luego, esta semana apareció sorpresivamente el argumento de la mala inclusión.
Desde Saint Thomas denuncian que la resolución es discriminatoria y antideportiva, ya que, de este modo, Don Joaquín avanzó directamente a la final sin necesidad de disputar lo que quedaba del partido de semifinales. El revuelo generado por estos días ha sido tal que la final que Don Joaquín debía disputar ante El Rebenque este miércoles 3 de septiembre fue suspendida, decisión que abre un enorme interrogante sobre la definición de esta categoría.
Desde Saint Thomas alertaron que la ADCC busca cerrar el caso sin responder ante la comunidad. La manipulación del horario, la falta de asistencia médica en los partidos y la decisión de brindarle el partido ganado a Don Joaquín sin jugar los minutos restantes y sin presentar las pruebas de la supuesta mala inclusión ponen sobre la lupa el correcto funcionamiento de una liga con una mega estructura multideportiva en franca expansión que incluye fútbol de mayores, femenino y menores, tenis, pádel, golf y futsal.
Si bien resulta innegable mencionar que la ADCC creció y se profesionalizó, cuando un torneo mueve miles de jugadores y varias disciplinas, la vara sube. Protocolos claros, arbitraje estable, boletines disciplinarios públicos y criterios de reanudación no negociables son aspectos que no deberían estar bajo discusión para que el deporte de Canning no quede manchado.