Con gol de Escurra, Claypole venció 1-0 a Muñiz y abandonó la zona de desafiliación momentáneamente. Ahora aguarda por un mal resultado de Centro Español, que el miércoles recibirá a Central Ballester.
La llegada de Héctor Baillié cambió radicalmente el presente del “Tambero”. De haber pocas esperanzas de conservar su lugar en Primera “D”, el representativo browniano pasó a tener la fe intacta. El partido que jugó ante Muñiz, a quién venció por 1 a 0, es prueba de ello.
Con una actitud decidida, salió a buscar la victoria desde el primer minuto y consiguió rápidamente monopolizar la pelota. No siempre tuvo profundidad, aunque tampoco le cedió terreno a un rival que se paró de contra.
Lo más importante del juego de Claypole surgió de Ignacio Salaberry. A través de sus intentos de centros para los delanteros, el equipo logró generar algunas situaciones de gol que obligaron la rápida respuesta del arquero visitante.
La emoción recién llegó sobre el final del complemento, cuando Alan Escurra aprovechó un buen tiro de esquina y de cabeza, estableció la diferencia en el marcador.
A partir de la ventaja, el equipo del “Loco” se dedicó a proteger el balón en su campo y, por momentos, abusó de la simulación de faltas para lograr que los minutos pasen lo más rápido posible.
En el cierre, solo quedó tiempo para dos expulsiones en el “Rojo”, como fue el caso de Lautaro Díaz Laharque y Hernán Cardozo. El primero por una durísima infracción y el segundo por reiteración de tarjetas amarillas.
Con este triunfo, el segundo consecutivo, el “Tambo” dejó de momento la zona de desafiliación. Superó a Centro Español, quien jugará su partido el miércoles, en condición de local, frente a Central Ballester.
Un tropiezo del “Gallego” podría dejar al elenco browniano fuera de peligro al menos por lo que queda del 2016.
