Por la vigésima primera fecha de la Primera D, Claypole consiguió un empate importante para el futuro. Igualó 1-1 con Muñiz sobre el final del partido. Dreer anotó el tanto del conjunto de Baillié.
Así de importante fue ese cabezazo de Dreer a falta de un minuto para el cierre del partido. Es que no era un duelo más, Claypole debía sumar en su visita a Muñiz. Si bien la intención eran los tres puntos, pero por cómo se consiguió la igualdad, vale una vida más para el “Tambo” en el torneo.
En un primer tiempo muy malo, donde ninguno de los dos se sacó diferencias, fue el equipo de Baillié quien arriesgó un poco más. Como cuan final, ambos se habían estudiado y las llegadas de gol fueron casi nulas. Así procedió la media hora inicial.
Cuando Claypole logró poner la pelota al piso y jugó como está acostumbrado, apretó al “Rayo” e hilvanó la única chance clara de gol. Tras varios pases, Bartet metió un centro rasante que el “Gato” Aranda no llegó a desviar frente al arco. Melluso y Guerra concluyeron con grandes rendimientos.
Claypole no se dio por vencido, ni aun vencido. Garra corazón y algo más...
En el amanecer del complemento, el elenco browniano sufrió un golpe muy duro. El gol de Pulido, con la desafortunada ayuda del arquero, puso en ventaja al local, que había hecho poco para encontrarse con el grito sagrado. Ya con la diferencia, Muñiz se ocupó únicamente de defender el 1-0. El “Tambero” atacó incansablemente, sin tantas ideas, pero con un amor propio inigualable.
Desbordes por la derecha, por la izquierda, centros y todo lo que un equipo tenga a su alcance para intentar igualar las acciones. El local, tenía los once en su campo. El “Loco” movió el banco, mandó a Díaz, Billordo y Ordoñez. Todos al ataque. Rosas magnifico aguantando solo en el fondo.
Dreer: Un nuevo acierto del "Loco" Baillié. No era titular, pero con la expulsión de Vidal hace unas fechas, se consolidó en el lateral y es inamovible.
Era injusto, si es que la justicia existe en el fútbol, que Claypole se vaya con las manos vacías de Pilar. Cinco minutos más marcó el árbitro cuando el reloj llegó a los 90. El visitante fue y fue, no bajó los brazos jamás. Así consiguió el tan preciado punto, de oro a esa altura.
Sobre la hora, un centro desde el costado, un desvió en el camino y Dreer con la cabeza, sentenció al arquero del “Rojo” para desatar la alegría en todo el pueblo “Negriblanco”. Segundos después, el juez principal pitó el final del duelo.
Si bien no descontó en la tabla de los promedios, Muñiz tampoco se alejó y persisten los ocho puntos de diferencia. La próxima fecha, el “Tambo” recibe a Central Ballester en el Rodolfo Capocasa.
