Soledad Benegas y Juan Morán son profesores en escuelas de diferentes puntos del distrito. Para que sus alumnos puedan seguir estudiando, dictan clases online. Conocé sus historias.
Hace más de un mes la pandemia del Coronavirus alteró la vida cotidiana de todos los argentinos. Con las clases suspendidas, miles de maestros y profesores buscaron la manera de continuar educando a distancia. Su presencia, desde la pantalla, no sólo significa continuar con los planes de estudio sino también brindar contención frente a esta difícil situación.
Con sus computadoras y los apuntes a mano, Soledad Benegas y Juan Morán son dos ejemplos de profesionales comprometidos con su trabajo. Envían las tareas para que ninguno de los chicos pierda su derecho a estudiar.
Soledad es profesora de Educación Física en la Escuela Primaria N°35 de Glew y en la Secundaria N°4 de Claypole. Además, dicta clases de Practicas Acuáticas deportivas a los alumnos de quinto año del Colegio N°6 de Adrogué.
El cambió fue de golpe. La suspensión de la actividad hizo que, si bien se mantiene en contacto con los chicos, no puede interactuar como lo hacía cotidianamente. "Extraño compartir e intercambiar experiencias con ellos. Nuestra relación es muy cercana", señaló la docente a www.deBrown.com.ar.
Ahora, el silbato y los elementos para hacer gimnasia quedaron archivados y fueron sustituidos por una computadora, libros y reglamentos deportivos. Un cambio radical en una actividad que pregona la movilidad corporal.
"En casa se trabaja el doble o más por que es una materia práctica y hay que convertirla en teórica. Después hay que subirla al Classroom o la plataforma que se utilice, corregir y volver a enviar. Todos estamos poniendo esfuerzo y ganas para que sea lo mejor posible", explicó.
Con respecto al Covid-19, Soledad aseguró que la salud es la base de la educación física. Confesó que se encuentra en búsqueda de información para responder las consultas de sus alumnos y dejó un claro mensaje: "Necesitamos valorar lo que tenemos, los afectos, nuestros hogares y el alimento diario porque sin eso nada tiene sentido".
Juan Morán ejerce su cargo en Construcción de la Ciudadanía en la Secundaria N° 17 y profesor de Educación Física en el Instituto Santa Isabel de San Francisco Solano y la Escuela N°2 de Burzaco, entre otros. Tiene bajo su responsabilidad cerca de 540 alumnos.
El maestro resaltó los grandes cambios que debieron atravesar para que cada uno de los chicos cuenten con los materiales para mantenerse en movimiento. "Surgió de un día para otro y los docentes no tuvimos una capacitación previa. Todo dependió del esfuerzo, la vocación y la voluntad, pero con errores y aciertos, fuimos encaminando la situación", contó.
Por otra parte, remarcó que el objetivo de la cuarentena no sólo es que apliquen los saberes a la vida cotidiana, sino también que cada uno pueda hacer actividades tanto físicas como recreativas adaptadas. "Es muy fácil que en esta situación caigan en la tentación del celular, play o computadora", indicó a este medio.
Si bien las clases virtuales sirven para no perder días y conocimientos, Juan extraña varios aspectos vitales para que su tarea sea completa. "El cara a cara, la percepción de situaciones, verlos reír, escucharlos, su comportamientos y estados de ánimo son fundamentales para llevar adelante una clase. Cada jornada es única, cada chico es único", señaló.
Por último, se refirió a cómo imagina la vuelta a clases -pese a que no será como lo era antes-, ya que se deberán cumplir ciertos protocolos. "Vamos a tener que ir adaptándonos. El poder compartir tiempo es algo que todos estamos esperando y va a ser muy emocionante cuando vuelva a suceder", concluyó.
